Y de nuevo 31 diciembre. Día de balance, de echar la vista atrás y pensar cómo ha sido el año. Y el año ha sido difícil, atípico, muy triste por la pérdida de personas queridas, distinto también por las cosas que se han quedado en el tintero por hacer o por las que hemos tenido que adaptar a las circunstancias.
Pero también ha sido un año de aprendizaje, de reflexión, de descubrimiento, de parón, de disfrutar de las pequeñas cosas, de priorizar, de relativizar y valorar lo realmente importante. Y me quedo con todo esto, porque como siempre digo, hay que quedarse con la parte positiva. Porque lo malo no vamos a poder cambiarlo. Para mí lo más malo ha sido perder a mi abuela y la echo mucho de menos (estos días todavía más), pero como dije en su día cuando le dediqué un post, también debo quedarme con lo bueno, con todo lo que me enseñó, con el cariño que me dio siempre, y con las vivencias y momentos que pudimos disfrutar. Siempre hay que agradecer lo positivo y quedarnos con ello.
Y como cada año, no puedo despedir este post sin agradeceros que sigáis aquí, porque sin vosotr@s no tendría sentido. ¡Mil gracias por seguir acompañándome en esta aventura!
Y ahora sí, como manda la tradición, os dejo con el resumen de looks de todo el año!
¡¡Feliz Año Nuevo!!
Besos,
Marina